Ciudad
de México, 10
febrero
de 2020. Tendencias Libres
(Redacción).- No
toda la información a la que están expuestos los niños y niñas
contribuye a una sana educación sexual y, por el contrario, el
consumo de contenido poco fundamentado y mal enfocado puede generar
desinformación y confusión en ellos, cuando están en edad de
descubrir su sexualidad. Será necesario ponderarla antes de
transmitírsela, coinciden expertos.
Aunque
la orientación que brindan los padres es esencial en la educación
sexual de sus hijos, el exceso de información que ofrecen los medios
digitales puede ser una barrera para decidir qué enfoque dar a la
hora de responder las inquietudes de los niños en sus primeros años
de vida. Cuánta información y cuándo ofrecerla son dos factores
que determinarán en gran medida que los niños se sientan
debidamente apoyados.
Datos
del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia
(Comego) señalan que el 80% de los padres evita hablar de sexo con
sus hijos, y el 20% restante lo hace con un enfoque inadecuado.
Por
lo anterior, expertos recomiendan que el primer paso a la hora de
hablar de estos temas con los hijos es realizar un análisis de su
propia información hacia estos temas, e incluso, identificar si
existe algún problema que sea necesario resolver mediante un trabajo
terapéutico.
“Antes
de elegir qué enfoque daremos a las respuestas, debemos
cuestionarnos a nosotros mismos cuál fue nuestra experiencia en
relación con la información que recibimos de niños y cómo influyó
en nuestra vida sexual de adultos; preguntarnos si fue adecuada o
nula, deficiente o sesgada”, señaló Patricia de la Fuente,
directora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI).
La
experta en educación recomendó que, antes de abordar estos tópicos,
“los padres deberán asumir la responsabilidad de estar lo
suficientemente preparados para atender las dudas de sus hijos con
claridad, naturalidad, con información fundamentada y sin prejuicios
y, de ser necesario, permitirse guiar por un experto en psicología y
sexualidad”.
Al
respecto, la sexóloga educadora Ka, egresada del Instituto Mexicano
de Sexología (Imesex) invitó a los papás a no sentirse agobiados
al no saber qué decirles a sus hijos, pues “todos y todas pasamos
por ahí, pero si los padres no recibieron esa información, va a ser
complicado que se la den a sus hijos. En ese caso, es recomendable
que se acerquen a un sexólogo que les pueda ayudar con estos temas y
que se orienten con libros y sitios de internet que contengan
información con bases científicas”.
Ambas
especialistas coinciden en que, cuando los niños y niñas están
empezando a aprender los nombres de las partes de su cuerpo, es
conveniente no omitir sus partes sexuales y llamarlas por su nombre,
para evitar caer en la desinformación; esto puede ser útil para
ayudarlos a manifestar si están sufriendo algún tipo de abuso
sexual.
La
encuesta Sexualidad e Inteligencia Erótica de los Mexicanos,
elaborada por la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación
de Mercado y Opinión Pública (Amai) revela que el 41% de niños y
jóvenes consultados manifestó su deseo de recibir información
sexual de su madre, pero sólo el 18% de estos la obtuvo, mientras
que el 28% habría preferido hablar de estos temas con su padre y
sólo el 11% lo logró.
Patricia
de la Fuente abundó en la importancia de que los padres y madres
demuestren congruencia a la hora de hablar de sexo con sus hijos.
“Para evitar confusión en ellos, tenemos que ser coherentes entre
lo que les estamos informando y nuestra forma de actuar, fomentando
el respeto hacia las personas con orientaciones sexuales distintas a
las nuestras, evitar juicios de valor y transmitirles mensajes
constructivos y siempre adecuados a su edad”.
La
experta señaló que, cuando un niño comienza a manifestar
inquietudes, “lo ideal antes de ofrecerle cualquier información es
conviene cuestionarlo sobre el tema. Preguntarle ¿por qué quieres
saber eso? ¿en dónde lo escuchaste? ¿en dónde lo viste? ¿qué
sientes al respecto? ¿tú cuál crees que sea la respuesta? La
información que el niño nos proporcione será nuestra guía acerca
de cuándo y cuánto habrá que decirles”, subrayó.
“El
problema que tenían los padres de generaciones anteriores era la
falta de información y sólo tenían la opción que conciliar
opiniones con sus padres y amigos. Actualmente, el problema es el
exceso de información a la que están expuestos en internet. El reto
es ponderarla y saber identificar cuál de ella es valiosa y si es
acorde a sus creencias y forma de pensar”, indicó la especialista
en educación temprana.
Por
su parte, Rodrigo Assael, director general de Pinion Education,
consultora en metodologías educativas con enfoque hacia la
ciudadanía digital, opinó acerca de la decisión de algunos padres
de permitir que sus hijos utilicen dispositivos móviles sin
supervisión, con el riesgo de que obtengan información sexual
inadecuada: “una característica que no acaban de entender los
padres de familia es que internet es un mundo virtual, pero a fin de
cuentas un mundo, con todas las amenazas que implica”.
“Al
tener acceso a una tablet o un smartphone, los niños están entrando
un mundo nuevo; para que esto sea positivo y enriquecedor en su
educación, los padres tienen que conocer ese mundo virtual antes que
sus hijos y los tienen que acompañar en ese viaje, de la misma
manera en que en el mundo real no permiten que los niños vayan a
lugares que antes los padres no han conocido, tampoco deben dejarlos
navegar por el mundo virtual sin restricciones”, finalizó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario